LA decisión unilateral de los bancos suizos que hace apenas unas semanas cortaron toda relación comercial con Cuba, responde a una estrategia malintencionada y no a los "elevados costos de vigilancia del respeto y la conformidad de las reglas para tratar con clientes de la isla comunista".
Union Bank of Switzerland (UBS) y el Credit Suisse son los más recientes exponentes de un largo historial de boicots en las actividades financieras cubanas.
En octubre del 2005 —según se afirma en el Informe de Cuba ante la ONU para exigir el fin del bloqueo—, la UBS "cesó el servicio que prestaba de cuenta corriente en dólares y francos suizos al sistema bancario cubano y comenzó a rechazar todas las operaciones con los bancos del país, por el temor de que le fueran aplicadas nuevas sanciones estadounidenses".
Ese mismo mes, se conoció a través de la Agencia española EFE que UBS concurría para ganar un espacio en el codiciado programa de inversiones en Iraq "Petróleo por Alimentos", cuya aprobación dependía en gran medida del Gobierno norteamericano.
El ejecutivo estadounidense conoce perfectamente esa entidad financiera, ya que ésta le aportó en la campaña presidencial del 2004 generosas cantidades de dinero a ambos contrincantes. Pretendía asegurar sus ventajosas relaciones con la economía más poderosa del mundo, cualquiera que fuese el resultado de las votaciones.
Este antecedente sólo muestra una parte de las recurrentes relaciones entre UBS y Estados Unidos en detrimento económico y político de Cuba.
La posición del banco suizo con respecto a la Isla provocó que Cuba incumpliera en el primer semestre de este año con el pago de sus cuotas a dos organismos internacionales radicados en Ginebra: La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La institución financiera, que acoge las cuentas de ambas organizaciones se negó a recibir transferencias desde Cuba.
De la misma forma, varios agentes de la ONU que tienen nacionalidad cubana han recibido notificaciones para que cierren sus cuentas en dólares estadounidenses bajo la amenaza de que serían embargadas. En ese caso se cuentan funcionarios de la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos, el Fondo de Población de Naciones Unidas y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, entre otras.
"Estas acciones de los bancos contra cubanos contratados como funcionarios internacionales son resultado del Procedimiento para la aplicación de sanciones económicas a las instituciones bancarias, anunciadas públicamente por la OFAC a principios del 2006", agrega el informe de Cuba contra el bloqueo.
La OFAC, Oficina de control de activos extranjeros del Departamento del tesoro norteamericano, informó al Congreso de Estados Unidos que en el año 2005, el monto de bienes cubanos congelados en bancos norteamericanos ascendía a más de 268 millones de dólares.
Esa agencia del Gobierno estadounidense ha incrementado sus presiones contra grupos financieros que mantienen relaciones estables con Cuba. La decisión de UBS y Credit Suisse demuestran la persecución a que son sometidos los activos cubanos en cualquier dependencia bancaria internacional.
Pero no son los únicos. Otras entidades y sus sucursales de crédito han recibido estacazos de la OFAC para que suspendan los acuerdos con Cuba.
El Republic Bank, cuya casa matriz se encuentra en Trinidad y Tobago, informó telefónicamente al Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA), institución cubana, que no estaba dispuesto a seguir tramitando los pagos a los agricultores norteamericanos por la venta de productos alimenticios a la Isla. Servicio que la empresa cubana importadora de alimentos, ALIMPORT siempre ha tenido que pagar al contado.
La sucursal canadiense del Banco HSBC de Londres, clausuró y devolvió, en septiembre de 2005 la cuenta que el Banco Metropolitano de Cuba mantenía en ellos. La suma total era de un millón de dólares canadienses y 819 800 euros.
En marzo de este año, la sucursal jamaicana del Banco de Nueva Escocia de Canadá, comunicó a la Embajada de Cuba en Jamaica que ya no continuaría realizando las transferencias de fondos en dólares estadounidenses ni mantendría la cuenta de la misión diplomática cubana.
Caso que viola las legislaciones vigentes en Jamaica y Canadá, donde se encuentra en vigor la Ley sobre Medidas Extraterritoriales Extranjeras (FEMA), que está dirigida a proteger a las compañías canadienses de las disposiciones extraterritoriales de la Ley Helms-Burton.
La persecución de dinero destinado a Cuba afecta también a personas naturales y no solamente a las actividades financieras del Gobierno. El 21 de febrero del 2006, el Deutsche Bank Trust Company Américas, de Nueva York, confiscó un envío de 330 dólares depositados en el Union National Bank, de Abu Dhabi, Emiratos Arabes Unidos, destinados a una ciudadana cubana que iba a realizar trámites migratorios en la Embajada de Cuba en Egipto.
Todas esas manipulaciones para evitar el desarrollo económico de Cuba han impedido o dificultado las relaciones comerciales normales con proveedores confiables. La guerra declarada contra las transacciones monetarias cubanas es solamente una parte del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba que ya ha costado más de 86 mil millones de dólares.
Friday, May 18, 2007
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